domingo, 28 de septiembre de 2008

INSTANTE HECHIZADO

LXIII


En la noche de luna azulada,
junto al rumor de las olas,
vuelan gasas blancas.
Mientras, llega tu sueño a mi alma,
mano encantada, que rasga mi arpa.


Yo, suspendo mi vuelo sagrado,
pájaro herido y errante,
en un tiempo sin tiempo,
que acaricia mi lúgubre estancia.

Y, ¡ dejándolo todo!,
me abandono a tus manos
que cantan y cantan.

¿Quién pudiera ser dueño
de esa flecha sin arco,
cautivo de este instante hechizado,
que florece, - ¡única flor! -
en el desierto páramo?.


Entonces, reanimado, me refugio
en tu cuerpo salobre,
que acoge mi llanto salado.