sábado, 13 de diciembre de 2008

19. T u h u e l l a






Un día se aplastaron
tus manos en mi pecho,
y, me quedó tu huella,
como marca y como flor.

Cruzaste, encendida flecha,
relámpago liberador,
mi doliente espera,
mi hastío y mi dolor.

Sopló el viento y,
en la carcomida encina,
¡la luz nació!.

¡El mundo, era ajeno
a la alegría
que floreció en mi pasión!.

En ese instante
de amor y vida,
fuimos ya, uno, en los dos.



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20. E l c i e l o






Cuando el pecho estalla,
¡semillas de retama en verano!.

Cuando los labios se abren,
¡destellos de luz en la noche!.

Cuando las miradas se cruzan,
¡planetas universales!.

Cuando se abrazan los cuerpos,
¡pinceladas rojas en la tarde!.

Cuando tú y yo soñamos,
cuando, amorosamente, nos vivimos,
¿acaso, no sabemos, que el cielo
no está lejos?.



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21. M o m e n t o







¡Que radiante está la noche,
con la luna bañando tu cuerpo!,
¡que ansia de vivir la vida,
tendido sobre tu lecho!.

¡Que segundo sin tiempo!.

Voy a dejarlo todo
y habitaré contigo,
bajo la sombra de los abetos.

¡Abandonarse al momento!...

¿No seríamos capaces, amor,
de parar así, al tiempo?




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martes, 9 de diciembre de 2008

16. P r e m o n i c i ó n




Sin que tú lo sepas,
el amor te enciende y aligera,
¡estás convirtiéndote en estrella!

¡Vuela, vuela, vuela!.

Lirio recibiendo
la caricia de la luz primera,
pájaro alzado de la arena.

¡Vuela, vuela, vuela!

Tú serás simiente abundante,
en la nueva tierra.

¡Vuela, vuela, vuela!.

Y, si renaces de nuevo,
la vida interminable,
se abrazará a tu ser iluminado,
para vivir, siempre, en el Reino.



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17. C a r o n t e



Soy un velero.

El azul satinado de tu sueño,
arranca escalofríos a mi cuerpo.

La vela gime al viento.

Yo sé, lo que tú no sabes aún,
pero está ya sucediendo…

Soy tuyo desde hace tiempo:
me adentré en la bóveda
ignota de tu pecho
y, te pertenezco.

¡Quise callar
y me asustó el silencio!.
Andaremos, juntos,
hasta el límite del tiempo.

Al alba, sobre la dorada orilla,
descubrirás quien era tu barquero.


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18. Y, e l b a r q u e r o v a re m a n d o…





Al rayar el alba,
en la otra orilla,
revolotearemos,
¡pájaros sin barro!.

Y, el barquero va remando…

Tendremos una choza amena,
adornada de flores y de cantos.

Y, el barquero va remando…

Viviremos, ya sin fatiga,
en la alegría de lo hallado,
amándonos sin medida,
sin tiempo y sin espacio.

Y, el barquero va remando…

Flotando, navegaremos la eternidad,
cogiditos de la mano.

Y, el barquero va remando…




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jueves, 4 de diciembre de 2008

13. R e c o n c i l i a c i ó n





Te paseas por mis venas,
como quien conoce los caminos,
¡con tu aroma de sal,
de luna y de peces amarillos!.

¡Amor, pienso lo mismo!,
después de las lágrimas
hay siempre un horizonte mas limpio.

Vendrán días de paz,
y noches de amor encadenadas.

Vendrán luces encantadas
y pájaros al alba.

Las palabras no serán espadas,
sino, puentes abiertos,
entre dos mundos distintos.

Y, ¡verás la alegría como estalla!.




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14. C r e a c i ó n P o é t i c a





¡Palabras como gotas olvidadas!,
lentísimas cadencias,
desprendidas de la fuente de mi pecho.

¡Palabras de nieve y fuego!,
que derrama, incesante, el universo.

¡Meteoritos fulgentes!,
que aparecen, súbitamente,
desde profundos sentimientos.

Y, mi voz, así se extiende,
como camino abierto,
para que tus pasos me anden,
recorriendo mis adentros.

Palabras de ayer,
¡de lo que se fue con el viento!,
palabras de mañana,
¡que llegaran con tus besos!




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15. S o l e d a d





¿Dónde ha huido esa gacela
que bebía en la alberca de mi huerto;
dónde las pulsantes estrellas
que habitaban mi universo?.

¿Dónde está, esa amapola ardiente,
sangre encendida,
que mi campo parece yermo?.

Un día, en que los pájaros del pecho
murieron todos en silencio,
y la savia no quiso dar a la hierba
su alimento, ¡partiste!,
quizás, a la infinita lejanía,
sin sollozos y sin besos.

¡Oh dolor, oh infierno!,
¡que solo me quedé sin ti,
a solas con mi silencio!.



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