lunes, 24 de noviembre de 2008

11. P r o m e s a



El agua tensa,
manto de malvas
y pétalos rosados,
el remo increíble,
en chapoteo suave,
el ocaso asombroso,
en mi alma trémula,
la barca que llega
a la playa de arena,
y, ¡tú que me esperas!...

Nuestros pasos ligeros,
hollando los acantilados,
esa música tenue,
que envuelve tu cuerpo…

Te recuerdo mojada,
empapada de mar y de luna,
con el labio encendido
en el rumor de las olas
y el gris de las rocas,
aun sorprendida
por la llegada súbita
de la creciente aurora.

Y, dijiste, enamorada,
mientras el rubor del alba
encendía tus mejillas:
¡te querré mas todavía!...

* * * * * *




12. T u d e s t i n o






Llega a su fin la noche,
y no morderá el lobo tu carne.

¡Es la hermosa hora de iniciarte!.

Está trazado un sendero,
¡desde hace lustros!,
para que tú, lo andes.

Cuando amanezca, ondeará al viento
tu divisa y tu estandarte.

Y, en llegando el día,
¡regálame tu primera sonrisa!,
la que jamás ha visto nadie.

¡Vamos a compartir eternidades!.




* * * * * *

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