viernes, 14 de noviembre de 2008

6. A m o r




Una mutua sorpresa,
un vuelo de palomas en el alma,
un rubor disimulado, un bienestar.

Sentir más hermosas las estrellas
desde un doble mirar.

Encontrarse, cada uno, a sí mismo,
en un soplo de belleza
que barre todo lo demás.

Una dulce melodía,
que no habías oído jamás.

Experiencia de cuerpos sudorosos
en un entrecortado jadear.

Afrontar unidos los problemas,
en confianza y libertad.

Eso…y ¡mucho, mucho más!.



* * * * * *



7. ¡ L l á m a m e !




Si estas en el límite del ahogo,
si estas sediento,
¡llámame!;
yo, vendré como el soplo del viento,
acariciando tiernamente tu cuerpo.

Cuando el hielo de la noche
apague tu lamento,
¡llámame!,
y, vendré sobre tu blanco pecho,
como lluvia de fuego o incienso.

Cuando la vida se te haga hierro,
y el dolor sea tan fuerte
que tengas miedo,
¡llámame!,
que vendré desde el abismo
a compartir tu duelo.

Y, ¡no desfallezcas, amor!,
¡fija en mí tu pensamiento!.




* * * * * *





8. H u i d a






Me fui, peregrino,
con mi sed de aguas azuladas,
en pos de un sueño infinito.

En el asombro de mi mismo,
era un pájaro brillante,
ingrávido, huido de mi nido.

¡Libre!,
con una enorme sensación
de plenitud, de oxígeno.

Alcé un vuelo único,
explorando ansioso mí destino.

Y, aventurero enloquecido,
perdí mi rumbo,
buscando los confines de este mundo.

¡Pero… un dardo amoroso, envenenado,
a tu lado me retuvo!.

* * * * * *

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